La merluza, un pescado blanco con incontables curiosidades

Además de una familia numerosa, la merluza (Merluccius) es considerada un superalimento por su elevado contenido en vitaminas y proteínas: B1, B12, B2, B3, B6, hierro, calcio, potasio, magnesio o fósforo, sin mencionar un bajo aporte en grasa que lo convierten en un componente idóneo para dietas light. Por tanto, no sorprende que la demanda de Proveedor de merluza preparada congelada sea tan alta en España y el resto de países europeos.

 

De hecho, la merluza forma parte de la dieta humana con anterioridad al día de gracia. Los pescadores españoles ya codiciaban este pez del orden de los gadiformes hacia el final de la Edad Media, aunque no comenzó a circular en volúmenes elevados por nuestros mercados hasta el siglo XVII. Curiosamente, en esta época recibió su actual denominación científica de la mano del naturalista estadounidense Constantine Samuel Rafinesque.

 

A consecuencia de lo anterior, los recetarios de hoy y de ayer contienen numerosos platos elaborados con la merluza como ingrediente central: lasañas, salsas, cremas, pasteles, rellenos, sopas y un largo etcétera de recetas, siendo la merluza a la vasca o en salsa verde una de las más antiguas, que puede rastrearse hasta 1723.

 

Como especie animal, la merluza reviste un gran interés para los biológicos marinos, pues este pez puede basar su dieta en un 100% en miembros más pequeños de su propia especie, una conducta caníbal que no sorprende en el reino animal de las profundidades (el rivulín de manglar engulle incluso a las crías de camadas ajenas).

 

A propósito de los embriones de merluza, este pez es capaz de depositar hasta 400 mil huevos, cantidad que garantiza la supervivencia de la descendencia, a pesar de la alta mortalidad que sufre esta y otras especies marinas. A diferencia de otros peces, la migración de la merluza puede clasificarse en dos tipos: vertical y horizontal, dependiendo de sus necesidades alimenticias y de la estación del año.