Si estás buscando un suelo duradero para tu hogar, especialmente para la cocina, pasillos y baños donde la resistencia es importante, los mármoles y granitos Muros son, seguramente, la opción más interesante.
Las ventajas del granito sobre los suelos de tarima vinílica tan de moda son varios. Para empezar, el granito es mucho más resistente, su dureza es innegable y lo mismo su belleza, inimitable al ser un material natural que puede ser imitado, pero nunca igualado. Aunque las piedras naturales, especialmente el mármol, tienen la desventaja de ser permeables y poder coger manchas, lo cierto es que si se tratan correctamente son eternas. No hay más que ver edificios con recubrimiento de mármol que han aguantado el paso del tiempo durante siglos y continúan viéndose hermosos y elegantes.
El mármol y el granito son materiales ideales para el pasillo, la entrada y los baños, así como para la cocina. Estos espacios tienen características que los diferencian del resto de la casa: son espacios por los que se transita mucho y que, además, cuentan con el elemento del agua. En cocina y baño por motivos obvios, en la entrada y pasillo porque entramos mojados de la calle, con botas, paraguas y gabardinas que salpican en la entrada. Tener un material al que el agua no le hace daño es fundamental.
Para los dormitorios, la mejor elección es una madera resistente que no deje penetrar polilla y que aguante bien sin rozarse. Las maderas tropicales que no acusan tanto los daños del sol son las que necesitan menos mantenimiento. Pueden usarse en los dormitorios porque en estos lugares solemos estar descalzos o en zapatillas y no son lugares de mucho tránsito. No obstante, hay maderas muy resistentes ideales también para el salón, si se desea que el suelo de esta estancia tenga la elegancia del material natural.
Cuando hay niños pequeños o mascotas, el salón puede ser más práctico si tiene el suelo cerámico, aunque sea imitando a la madera. Este material es muy resistente, se puede fregar tanto como se desee y no se altera por los arañazos de las uñas de un perro o gato. Tampoco con los juguetes de los más pequeños o al arrastrar las sillas del comedor. Se va a ver siempre bonito y su mantenimiento es mínimo, siendo perfecto para casas en las que se vive a tope y no se para nunca.